Juego de Canicas

Pocas veces cuando niño jugué a las "bolitas", si embargo me gustaba, era simple, medianamente fácil y, aunque no lo crean, requería de cierta estrategia para triunfar.
Feliz me sentía de ganar y aumentar mi propio arsenal de ojitos de gato, bolitas y bolones. Y es que a veces yo mismo me he sentido una canica impulsada por el travieso niño de mi inconsciente.
De hecho, he llegado a la conclusión que la vida de muchos es como un juego de canicas, cada uno es presa de su propia esférica cárcel de cristal, prisionero entre sus sentimientos y aquellos vivos colores obligados a permanecer estáticos por la presión del vidrio.
Macabro ¿no?qué objetivo más simple que golpearlos a todos para, al final del juego caer al hoyo, mucha gente lo practica sin remordimiento, empuja, patea y denigra a quien está a su lado para triunfar.
No quiero eso para mí, no quiero ser una infeliz pelota de vidrio que no tiene arte ni parte en las decisiones del Mundo, no quiero chitar a quien se cruce en mi camino, quiero romper el cristal que me rodea y rodea a mis cercanos, quiero permanecer junto a ellos para no caer en ese agujero maldito, ese foso putrefacto... que marca el Fin del Juego